Te hablo con dolida voz, continente insomne, de madera de vida, de pisadas heroicas y marcas hundidas para siempre en la memoria; te siento crecer en dispares simetrías, pero me preocupa con quiénes te dejás tomar de la mano y en qué dirección apuntan tus flechas, los que pretenden reducirte a un único pañuelo de oro , los que te confunden y marean diciéndote por unidad, te nombran y no te caminan, te llaman sin saberte; y en el silencio hábil de los que no te recorren por temor, te nos brindás aún más plena de verdes y de azules, de barro de vida de gente;
te reís emocionada si algún alma colorida aprende a decir una letra nueva, florecés si algún sueldo digno es apretado en manos de pan; ya no te sueño porque te hago y en el hacerte despierto el sueño, ya no más duermo porque al dormirme también te duermo; mientras tanto inclino la cabeza porque tocar sien con arena, porque enterrar brazos en barro es como abrazarte;
que permanezca siempre una duda, para poder descubrirla en tus arterias subterráneas, de sentir lluvia a lluvia tus pálidos latidos, de escuchar a tu gente gritando derechos izquierdos, si pudiera abrazar todos los ríos y curar la sequía con un rostro conmovido;
en cada rincón olvidado, en cada cordón sucio, se levantan los que te quieren, los que saben de tus calles moribundas, de historias que bordean editoriales, de la sangre que tiñó las páginas de tu memoria,
te hablo con voz dolida, continente impar...
No comments:
Post a Comment