Las formas, surgen...


"¡Las grandes formas, surgen!


Formas de la Democracia total, resultado de centurias,


formas que se proyectan siempre sobre otras formas,


formas de ciudades turbulentas y viriles,


formas de los amigos y de los seres hospitalarios de toda la tierra,


formas que abrazan la tierra y se unen a toda la tierra."

Walt Withman.





*Entre las más atroces calamidades (desde la ignorancia para el control, la comida para los controladores, los controladores para las multinacionales, las multinacionales para el mercado, el mercado para el consumidor registrado, hasta el consumismo para la sensación de vacío, el vacío efectivo luego del consumo, la aparente circularidad de los días, luces de neón y ofertas para la distracción, el aplacamiento verbal, la mercantilización del deseo) surgen voces, nuevas o estereotipadas, que intentan darle forma de cambio a la materia cotidiana.

Combatir a viva voz las viejas y vigentes formas, es el objetivo subjetivo e implícito. En el combate cotidiano las nuevas voces triunfan con la escritura de un poema, el rasguido un acorde, en la creación de una pincelada cromática más.

Expresar una idea, generarla, germinar una emoción en el otro, apareciendo, creando nuevas creaciones, apostando a la utopía, para mostrar la posibilidad y la REALIDAD del cambio, es la lucha continua, individual, social, y visceral que día a día, creo y espero, nos vaya contagiando a todos...


¡..BIENVENIDOS!

Uma


Tuesday, July 24, 2012

una de paco

Cada día que pasa


Sin excepción, casi por naturaleza o desatino,
todos los días, a la mañana, temprano,
ando por este camino. Llego tarde al trabajo y con
alegría, cuando
es necesario llegar más temprano
y con indignación o repugnancia o sed
de venganza o rabia. Todo esto
no me martiriza ni me apena, aunque parezca
lo contrario y tenga olor a traición; sé muy bien,
con toda impaciencia, que el ocio
llegará algún día con la revolución. Y que ni una cosa
ni la otra vienen de la tristeza o de la impotencia.

Voy cansado, es cierto, harto como todo el mundo que se precie,
o con desaliento; pero nunca falta
alguna cosa, un olor,
una risa que me devuelva,
para valer la pena; recién entonces empiezo a convencerme;
calles sucias y bocinas y el tráfico
alucinado y dormido todavía; viejos conocidos,
como el destino
o la bruma de la ciudad. Y
el mal semblante; la desconfianza
en los ojos, en los grandes ojos de la gente
hechos para volar. Manos enrarecidas
que rodean
la calle sitiando su respiración. Dominados
del mundo; empleadas
tersas y vulgares bajando
de coches lujosos de los dueños
de otras empleadas, y así sucesivamente.



Paco Urondo

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