Las formas, surgen...
"¡Las grandes formas, surgen!
Formas de la Democracia total, resultado de centurias,
formas que se proyectan siempre sobre otras formas,
formas de ciudades turbulentas y viriles,
formas de los amigos y de los seres hospitalarios de toda la tierra,
formas que abrazan la tierra y se unen a toda la tierra."
*Entre las más atroces calamidades (desde la ignorancia para el control, la comida para los controladores, los controladores para las multinacionales, las multinacionales para el mercado, el mercado para el consumidor registrado, hasta el consumismo para la sensación de vacío, el vacío efectivo luego del consumo, la aparente circularidad de los días, luces de neón y ofertas para la distracción, el aplacamiento verbal, la mercantilización del deseo) surgen voces, nuevas o estereotipadas, que intentan darle forma de cambio a la materia cotidiana.
Combatir a viva voz las viejas y vigentes formas, es el objetivo subjetivo e implícito. En el combate cotidiano las nuevas voces triunfan con la escritura de un poema, el rasguido un acorde, en la creación de una pincelada cromática más.
Expresar una idea, generarla, germinar una emoción en el otro, apareciendo, creando nuevas creaciones, apostando a la utopía, para mostrar la posibilidad y la REALIDAD del cambio, es la lucha continua, individual, social, y visceral que día a día, creo y espero, nos vaya contagiando a todos...
¡..BIENVENIDOS!
Uma
Tuesday, September 13, 2011
Pensé que era el cansancio de los días de noviembre o discursos vacíos en bocas apresuradas. Me dije que era la necesidad de salir corriendo de lugares que hastían, hinchan de dolor, o quizás la intolerancia a ciertos espacios poblados. Miré el espejo y supe algo de mi cuerpo incómodo frente a lo normal, de cara al tedio; por suerte el rostro disimula bien. Pero nada de eso me asombraba del todo, ni siquiera el querer abrazar muy fuerte a nadie, ni siquiera amar a esos anónimos que leían en la plaza o caminaban de espaldas. Pensé: cómo entender estas manos que escriben y se llevan. De qué forma tocar esencias, besar idiomas, lamer ausencias. Qué diría su voz grave, qué profunda decepción habré clavado en sus ojos, qué caminos esperados burlé y cuántas hojas gasté para ser nada, menos que nada, menos que una piedra olvidada al borde del río.
Este fragmento o relato o pensamiento suelto no digo que me gustó en su contenido aunque sí en la manera de estar dicho lo que ahí resulta dicho, que muy bien no sé lo que es pero me conformo con la sonoridad de esos gravosos significantes. Me cuesta leer lo que no entiendo, me cuesta dejarme llevar por el sonido. En octubre siempre me pasa lo mismo; el resto del año es otra cosa.
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