Las formas, surgen...


"¡Las grandes formas, surgen!


Formas de la Democracia total, resultado de centurias,


formas que se proyectan siempre sobre otras formas,


formas de ciudades turbulentas y viriles,


formas de los amigos y de los seres hospitalarios de toda la tierra,


formas que abrazan la tierra y se unen a toda la tierra."

Walt Withman.





*Entre las más atroces calamidades (desde la ignorancia para el control, la comida para los controladores, los controladores para las multinacionales, las multinacionales para el mercado, el mercado para el consumidor registrado, hasta el consumismo para la sensación de vacío, el vacío efectivo luego del consumo, la aparente circularidad de los días, luces de neón y ofertas para la distracción, el aplacamiento verbal, la mercantilización del deseo) surgen voces, nuevas o estereotipadas, que intentan darle forma de cambio a la materia cotidiana.

Combatir a viva voz las viejas y vigentes formas, es el objetivo subjetivo e implícito. En el combate cotidiano las nuevas voces triunfan con la escritura de un poema, el rasguido un acorde, en la creación de una pincelada cromática más.

Expresar una idea, generarla, germinar una emoción en el otro, apareciendo, creando nuevas creaciones, apostando a la utopía, para mostrar la posibilidad y la REALIDAD del cambio, es la lucha continua, individual, social, y visceral que día a día, creo y espero, nos vaya contagiando a todos...


¡..BIENVENIDOS!

Uma


Monday, April 9, 2012

Súplica



Súplica

Mi cielo, esta paleta de grises abstractos, los grises vacíos, los grises nubes. Como la tarde donde no debí ponerme el piloto negro, no debí salir de casa a la hora señalada. La noche donde debí cancelar la cena, el día donde apagar la lluvia y poner el sol. 

Ya sin nada. Bien. Nítida niebla, no me des más ojos, hay más ausencias de las que soporto ver, no me lo hagas, no me escupas este nombre de miseria, niebla despiadada. Tristemente suelo dejarme a un lado, es que ya no quiero pensar, ni calcular, más bien sentir, aunque sienta mal, aunque sienta bien, no importa ya. Despierta cuando inician las doce.  Cuando no queda nada más por hacer del día aburrido, cuando se disuelve el reloj puntual. 

Y las luces de los edificios van ocultándose, lo espío desde mi ventana que mira a contrafrente,  sólo me permite una tonta línea de cielo, y bailan pájaros negros, mensajeros, entre  dos columnas de ciudad a los laterales. Son puras antenas ensuciando terrazas alrededor,  raro ver algo extraordinario, como libros míticos volando, como una flota de sombreros, salvo la lluvia que lo resume todo. 

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